Abuela y gargantilla.

Sé que os parezco sabio, pero espejos, que no os engañen mis cabellos incoloros, ni mis olas en la piel, realmente soy viejo, muy viejo, y que no os parezca novedad, porque aun con piel tersa y cabello frondoso ya era cano y arrugado por dentro.

Qué pena tan honda, ya no tengo solución, el tiempo la ha matado, el “bueno, mañana…”, el “no se”, el “ ya lo haré…” el “ me da miedo” son los asesinos de mi vida, de una vida que nunca he vivido , de una vida de la que solo he saboreado los bordes…

He encontrado esta reflexión que escribí hace tiempo. Es un texto muy triste pero veo algo de positivo en él. Leyéndolo podemos saber lo que tenemos que hacer ahora, para el ahora y el después: sentirnos satisfechos con lo que hacemos y hacer lo que realmente queremos, pero lo importante no es la inmediatez con lo que lo hagamos si no tenerlo claro, tener la imagen mental y entonces es ir a por ello. Yo quiero ser una abuela feliz, orgullosa de mi vida y tranquila.